Vives a toda velocidad. Vas agobiada por la vida. Deprisa para llegar antes a ninguna parte. El exigente mundo laboral, el consumismo atroz, los mandatos sociales y familiares que te esclavizan y la necesidad de lucir bella y delgada, entre muchos otros factores, te provocan altos índices de estrés y ansiedad. En este contexto, el deseo sexual merma y se va tornando frágil hasta desaparecer. Básicamente, porque no es posible que vivas una sexualidad plena si tu vida en general no lo es.
La mente para activar tu deseo sexual
La buena noticia para ti, es que el deseo sexual que está disminuido puede potenciarse gracias al poder de la mente. ¿Lo sabías? Por fortuna, el fuego y la pasión internos pueden volver a renacer si, además del clítoris, aprendes a estimular de manera adecuada el cerebro, auténtica fuente de placer.
En efecto, el deseo sexual es un motor vital que necesitas para sentirte bien en cuerpo y alma. ¿Qué significa? Que, si por tu falta de ganas te encuentras inhibiendo tu sexualidad o no la priorizas, otras áreas de tu vida se ven afectadas. Cuando no te relacionas de una manera sana con tu deseo sexual tu autoestima se ve afectada, tu humos puede que ya no sea el mismo e incluso las defensas de tu organismo disminuyen. Y como seguro lo has podido experimentar en alguna ocasión, te vas distanciando física y emocionalmente de tu pareja.
Como ves, es importante pararse y ver en estos momentos cómo te estas relacionando con tu deseo sexual. Tomar conciencia de ello te ayuda a tomar responsabilidad, liderazgo personal para alcanzar cambiar la realidad y alcanzar el deseo sexual que deseas
¿Falta de deseo? ¿Falta de amor?
Hay algo que tienes que saber a esta altura y tenerlo bien claro: la falta de deseo no implica falta de amor. El hecho de que no sientas el deseo de antaño de pasar una noche de sexo salvaje con tu pareja no supone que lo hayas dejado de amar. El sentimiento no siempre se debilita en estos casos. ¿Cómo se entiende? Hacer el amor es una actividad más de tu vida o, más bien, de tu rutina diaria, semanal o mensual (de acuerdo con la frecuencia con la que suelas mantener relaciones sexuales, que varía de persona a persona).
Entonces, si por diversos motivos estas estresada, te sientes vulnerable o te falta la motivación, ello afecta a todas las áreas de tu vida. Y lamento decirte: tu sexualidad no es la excepción. ¿Conclusión? Ya no haces el amor tantas veces como antes; quizá ahora prefieres ver Netflix en pareja y dejar el sexo para otro momento o eliges más vida social y menos intimidad. Esta ecuación da como resultado un deseo sexual que va aflojando, que ya no está a tope como hace un tiempo. Pero no te deprimas: hay luz al final del túnel. Es posible incrementar el deseo erótico y recuperar la libido perdida entre las sábanas o debajo de la cama.
Libérate de antiguas creencias y conecta con tus emociones
El sexo es cien por cien corporal. ¡Falso! La sexualidad necesita de tu mente. No hay salud sexual sin salud mental ni buenos orgasmos si estas con la cabeza en otro sitio. Pues bien, es hora de estimular el cerebro y motivarlo a que juegue a tu favor, generando pensamientos sexuales que activen tu deseo. Suena bien, ¿verdad? Pero ignoras cómo hacerlo. Es más sencillo de lo que crees.
El cerebro trabaja a partir de imágenes. Un ejemplo: recibes una invitación para la boda de tu mejor amiga y ya planeas mentalmente la despedida de soltera, imaginas qué vestido lucirás el gran día y lo divertido que será reencontrarte con tus amigos y amigas. ¿Qué hace el cerebro cuando fantaseas así y hasta crees visualizar escenas? Disfruta desde ahora, aunque falten seis meses para la celebración de la boda. ¿Qué tiene en común esto con tu deseo sexual decaído? Mucho. Una fantasía sexual cumple la misma función: genera hormonas de la felicidad en tu cerebro, levanta el ánimo y te motiva a moverte sexualmente. ¿Qué es esto último? Cuando mentalmente enciendes el fuego, comienzas a romper un poco tus propias barreras y prejuicios.
Erotiza tu mente durante el día
Incluye actividades durante tu día que estén relacionadas con la sexualidad para activar tu mente. Mandas un WhatsApp a tu pareja anticipándole algún detalle de lo que le harás esta noche, le envías una foto de alguna lencería sexy que te acabas de comprar, cuando estéis en casa puedes pasar por su lado y te paseas con un movimiento sexy… imaginación al poder! ¿Te das cuenta? Una fantasía, vaya a concretarse o no, te ayuda a alejar otros pensamientos de tu mente y pensar en sexo. Piensas en sexo, se activan tus ganas de practicarlo… Es un círculo virtuoso: se acrecientan las ganas y el placer se multiplica y pide más. Siempre. No hay excepciones.
Las fantasías sexuales como nuevo recurso en la pareja
En efecto, en especial en la mujer, las fantasías sexuales constituyen un valiosísimo recurso anticaída del deseo erótico. Son herramientas útiles para erotizar la mente y disfrutar de relaciones sexuales más divertidas y placenteras. Más desinhibidas y libres de tabús. Para ello, es importante que conectes con lo que verdaderamente te prende fuego en la intimidad: historias, imágenes, posiciones sexuales, música específica. Tú sabes lo que te gusta en la cama (o fuera de ella). Intenta pensar sin límites y olvídate de las falsas creencias respecto de la sexualidad femenina, tales como que solo el hombre toma la iniciativa sexual, que la mujer que gime fuerte es poco femenina o que la masturbación no es cosa de mujeres.
Habla, comunícate y comparte con tu pareja tus pensamientos y fantasías sexuales. A tu pareja le puede llegar a fascinar y es una manera de cambiar la rutina sexual e incorporar nuevos juegos que os permitirán disfrutar más en pareja y mejorar la conexión intima y sexual.
Haz la prueba por ti misma: empieza a conectar contigo misma y a descubrir que imágenes o relatos sexuales son los que activan tu deseo. Seguro que te sorprendes del poder de imaginación y creatividad que puedes alcanzar y como te activa tu deseo sexual.
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